Bajo la impresionante belleza del Socavón del Nido del Águila de Florida se esconde un traicionero secreto – y una peligrosa maravilla submarina que ha fascinado a numerosos exploradores y buceadores. Incluso buceadores de cuevas muy experimentados han subestimado los peligros de este sumidero, y como resultado, el entorno de alto riesgo se ha cobrado desgraciadamente la vida de varias personas – ¡al menos 13, hasta ahora!
Escondido dentro del Área de Gestión de la Fauna Salvaje de Chassahowitzka, en el condado de Hernando, Florida, este fascinante paisaje submarino se formó a lo largo de miles de años por la lenta disolución de la piedra caliza. Desplomándose a profundidades de más de 91 metros (300 pies), esta cueva submarina es una de las más profundas de Florida y presenta a los buceadores más atrevidos un reto sobrecogedor – y aterrador.
Toda esa profundidad pone a cualquiera lo suficientemente valiente como para sumergirse en riesgo de sufrir narcosis por nitrógeno, una afección grave causada por el aumento de la presión parcial del nitrógeno en el torrente sanguíneo. La narcosis por nitrógeno es definitivamente algo que debe evitarse bajo el agua, ya que puede dar lugar a muchas situaciones que ponen en peligro la vida, debido a la desorientación y al deterioro del juicio.
Cuando los submarinistas salen a la superficie, se enfrentan a otra amenaza: la enfermedad de descompresión, conocida como “el síndrome de los bends”. Esto es causado debido a la gran profundidad y alta presión y es una condición que definitivamente puede ser fatal. Si los buceadores no utilizan las mezclas de gases adecuadas, el rápido regreso a la superficie puede provocar la formación de burbujas de nitrógeno en el cuerpo y esto puede causar un dolor insoportable o parálisis, o incluso la pérdida de la vida.
Si no se ven afectados por la descompresión, los buceadores seguirán teniendo que abrirse camino a través del estrecho y laberíntico sistema de cuevas, lo que sin duda no es tarea fácil. También tendrán que lidiar con la escasa visibilidad, ya que todo el cieno removido por su movimiento y el flujo de agua puede significar que su capacidad para ver, o comunicarse, con otros buceadores es casi nula.
Un giro equivocado puede tener consecuencias desastrosas, provocando enredos o desorientación, además el descenso extremo de la temperatura del agua introduce otro riesgo más. Eagles Nest Sinkhole cuenta con un fenómeno único, conocido como termoclinas, donde se mezclan capas de agua más cálida y más fría.
A menos que los buceadores lleven un aislamiento térmico adecuado, el cambio repentino de temperaturas puede causarles hipotermia, poniéndoles aún más en peligro. La hipotermia puede alterar el juicio, la coordinación y disminuir la capacidad física, haciendo que quien la sufra tenga muchas más probabilidades de sufrir un accidente o meterse en problemas.
Un factor que aumenta enormemente los peligros de Eagles Nest Sinkhole es el número limitado de salidas de emergencia, debido a que se trata de un sistema de cuevas cerrado. A diferencia de las inmersiones en aguas abiertas, en las que los buceadores pueden llegar a la superficie con bastante rapidez en la mayoría de los casos, los estrechos pasadizos y el espacio confinado dificultan el ascenso rápido. Si sufre una emergencia médica, un fallo del equipo o una pérdida de aire, puede verse en serios apuros.
Quedarse sin oxígeno bajo el agua suele ser fatal – como lo fue para un desafortunado dúo de padre e hijo que perdieron la noción del tiempo y se sumergieron a 233 pies en Eagle’s Nest, funcionando sólo con el aire de sus botellas de oxígeno, en 2013. Los fallos del equipo son igualmente peligrosos – y esto es lo que causó que otro hombre perdiera la vida en Eagle’s Nest en 2017, después de que sus amigos descubrieran que se había quedado sin fuerzas a una profundidad de aproximadamente 100 pies. Aunque manejaron la situación para sacarlo a la superficie, lamentablemente no pudieron reanimarlo, pero las turbias profundidades del sistema de cuevas también se han cobrado la vida de otros dos buceadores de Fort Lauderdale en 2016, cuando la pareja no pudo salir a la superficie.
Cualquiera que planee aventurarse en las profundidades del Socavón del Nido de Águilas debe ir bien preparado, ya que este peligroso secreto natural exige el máximo respeto. El sumidero es un fenómeno tentador cuyas profundidades son aún en su mayor parte desconocidas, razón por la cual está siendo estudiado actualmente por muchos científicos de todo el mundo. Las condiciones únicas y las numerosas zonas inexploradas del sumidero presentan una oportunidad asombrosa para estudiar el ecosistema subterráneo y los procesos geológicos que han dado forma a la región durante milenios.
Sin embargo, como advierte el cartel de la entrada, sólo los buceadores experimentados con formación en espeleobuceo deberían siquiera pensar en explorar los confines del sumidero Eagle’s Nest, e incluso así, puede seguir siendo peligroso. Si va a bucear allí, debe seguir estrictos protocolos de seguridad y realizar las comprobaciones adecuadas del equipo, para que la exploración de una de las mayores emociones del mundo no suponga pagar el precio más alto.
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